La soldadura de cobre, también conocida como soldering, es un procedimiento común en la plomería y en la electrónica, tanto para soldar tuberías como para alear circuitos en el segundo caso.
Las herramientas en este procedimiento son pocas pero precisas. Además del soplete o el cautín en cada uno de estos procesos, se requiere de la soldadura y de la pasta para soldar. La primera se trata de un alambre, usualmente de estaño y plomo, que sirve para unir la fundición. Por otra parte, la pasta o fundente sirve para aislar del contacto del aire, además de disolver y eliminar los óxidos de la superficie a fundir.
TIPOS
Soldadura blanda: La soldadura blanda se llama así debido a que el plomo suave suele ser su componente principal. Se utiliza en bajas temperaturas, por lo que no constituye uniones especialmente fuertes. Por eso, queda mejor en aplicaciones de tuberías, y no tanto en soportes de carga.
Soldadura de plata: Este tipo de soldadura es empleado principalmente en la industria de la herramienta, donde se usa para unir puntas de metal duro a herramientas como sierras o taladros. Para ello se coloca la aleación de soldadura entre la pieza de metal duro y el acero para ser refundidos de nuevo.
Soldadura fuerte: La soldadura fuerte honra su nombre; produce uniones más sólidas, debido a las altas temperaturas que maneja. Debido a esto, requiere herramientas más precisas y también de protección especial, ya que la luz brillante producida durante este trabajo puede causar daños en la córnea y retinas.
El proceso de soldadura blanda no es recomendable para soldar metales preciosos, porque puede desgastar las piezas, en vez de fundirlas adecuadamente. Por esta razón, la soldadura a base de plomo, como también se le conoce, es más efectiva en la soldadura de cobre. El calor utilizado en este procedimiento es apto para esta tarea, ya que no se utiliza una temperatura superior a los 400° C.
Si necesitas hacer una instalación o arreglar una unión que gotea, la soldadura para tubería hidráulica es la opción más económica para realizar este trabajo. Tendrás como resultado una unión libre de óxido y residuos.
Su composición es de 50% estaño y 50% plomo; puede usarse para soldar cobre y la mayoría de aleaciones de cobre, plomo o aleaciones con alto contenido de níquel y acero. La soldadura se funde a 235 °C, temperatura alcanzada por todo tipo de sopletes y soldadores eléctricos comerciales.